domingo, 19 de mayo de 2013


Análisis del texto extraído de “Las Guerras del Siglo XXI” de Ignacio Ramonet 
“De hecho, todo apunta a que Estados Unidos no se aviene con la ONU ni acepta, en su actual situación hegemónica, verse frenado por los procedimientos legalistas de las Naciones Unidas. Resulta así evidente que la existencia de éstas a lo largo de todo el siglo XX (en un principio, bajo la forma de la Sociedad de Naciones) no se debía, como creíamos, a un logro de la civilización, sino tan sólo a la existencia simultánea de potencias de envergadura comparable que, al menos militarmente, no podían imponerse a las otras. La desaparición de la Unión Soviética dio al traste con ese equilibrio y, por primera vez en dos siglos, un país —una «hiper-potencia», como lo calificó el ex ministro francés de Asuntos Exteriores Hubert Védrine— domina el mundo de manera aplastante. Estados Unidos no ve motivos para compartir o limitar su hegemonía cuando puede ejercerla plenamente sin que nadie (ni siquiera la ONU) pueda contradecirlo.”

El texto tiene como temática las desavenencias entre los Estados Unidos de América y la O.N.U, el fragmento pertenece al libro "Guerras del siglo XXI, nuevos miedos, nuevas amenazas. Éste pertenece a Ignacio Ramonete y fue editado en 2004. El autor es español, especialista en geopolítica, estrategias internacionales y consultor de la O.N.U. El texto tiene como referente los sucesos posteriores a 1991 hasta la invasión a Irak.
El texto lo podemos ubicar en el marco de la post-guerra Fría, en el siglo XX, más precisamente en el año 1991 con la desintegración de la Unión Soviética.
Está período se caracterizó por e dominio que tuvo EEUU sobre el resto del mundo. Esto se vio favorecido por el gran desarrollo de esta potencia capitalista. Su tipo de economía le permitió el amplio desarrollo; un gran dominio sobre el resto de las naciones ya que contaba con el mejor armamento del momento.
En el texto se ve plasmado el poderío de la potencia mencionada anteriormente ya que, no acepta las normas dictadas por la ONU. De hecho, es una temible potencia por la formación militar que posee, muy por encima de la del resto de los países. Esto se debió a la inversión en armamento que hicieron durante un largo período, que abarcó desde 1945 a 1991.
En suma, podemos decir, que EEUU de alguna manera abusó de su desarrollo como hiperpotencia, ejerciendo su poderío, no pudiendo ni siquiera la ONU limitar su hegemonía.

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