lunes, 9 de septiembre de 2013

Texto de Ignacio Ramonet, “Las Guerras del Siglo XXI”

Texto de Ignacio Ramonet, “Las Guerras del Siglo XXI”, pág. 148.

Este texto se ubica en el contexto de la Post guerra fría, luego de 1991.
La guerra fría terminó por el derrumbe de uno de sus contendientes. El proceso de reformas iniciado por Gorbachov en 1985 precipitó una dinámica que terminó llevándose por delante la propia existencia del estado fundado por Lenin.
En medio de una profunda crisis económica, con una población gracias a la glasnost cada vez más consciente de la crueldad y la corrupción que había caracterizado la dictadura soviética, el nacionalismo vino a actuar como factor incontenible de disgregación del estado soviético, heredero del Imperio zarista.
El movimiento centrífugo se inició en las repúblicas bálticas, que durante el otoño de 1989 dejaron claro su intención de romper los lazos con un estado al que se habían unido como víctimas del Pacto que firmaron Molotov y Von Ribbentrop en 1939.
Cuando en febrero de 1990, Gorbachov  dio un paso adelante en su perestroika renunciando al monopolio político del PCUS y convocando elecciones parcialmente pluralistas, se encontró con que en Lituania, Letonia, Estonia y Moldavia ganaban las fuerzas políticas independentistas. Lituania declaró inmediatamente su independencia, sentando un precedente para las demás repúblicas que constituían la URSS.
La desintegración de la URSS no vino, sin embargo, motivada por las reivindicaciones de los pequeños pueblos bálticos. El movimiento que definitivamente derrumbó la URSS vino de Rusia, la nación que había construido el imperio zarista, antecesor del estado soviético. En mayo de 1990, Borís Yeltsin, quien había sido expulsado del PCUS en 1987, fue elegido presidente del Parlamento ruso. Desde esa posición de poder, Yeltsin impulsó medidas que precipitaron el fin de la Unión Soviética.
En ese momento, se ubica EE.UU como una hiperpotencia, siendo la mayor fuente de su poderío el desarrollo militar que logró luego de la carrera armamentista.
Es por esto que se plantea en el texto que “EEUU domina el mundo de manera aplastante”, porque debido a ese poderío que logró luego de la carrera armamentista, y sumado a eso la desintegración de la URSS, este país se había convertido en una hiperpotencia, sin ningún tipo de freno. Ni siquiera la ONU podría controlarlo, ya que tenía el armamento necesario para imponer su parecer frente a los demás países.
En conclusión, si bien en muchos momentos la URSS superó a EEUU en su capacidad armamentística o en su tecnología espacial, como la historia ha demostrado, el pulso que lanzó Estados Unidos con una nueva estrategia de desarrollo de armamento más preciso y de defensas mejoradas desmontó por completo a la URSS, que finalmente se disolvió en 1991 dando por terminada la Guerra Fría.
El final de esta etapa dio paso a un periodo de dominio absoluto de Estados Unidos, llegando a ser una hiperpotencia.